Metodología - Recogida de datos

La metodología empleada en el COSER ha sido la de la entrevista semidirigida desarrollada por la sociolingüística, siempre encauzada por parte de los encuestadores hacia ciertos temas de la vida tradicional en el campo. El hecho de que la entrevista se centre en esos módulos temáticos no impide que, pasado un tiempo y ganada la confianza del informante, se desplace el interés hacia otros, como la educación, los deseos, las experiencias personales, la propia vida o la familia, dependiendo del grado de comodidad y espontaneidad mostrada por el informante. La decisión de centrar la entrevista en módulos temáticos relacionados con la vida rural "de antes" tiene mucho que ver con el hecho de que, para aceptar la entrevista, el informante potencial tiene que reconocer estar en posesión de ciertos conocimientos sobre un sistema de vida ya periclitado, conocimientos que son producto de su experiencia personal y de su edad y que le confieren "autoridad" informativa ante el entrevistador urbano. El informante acepta la entrevista al comprender nuestro interés por el testimonio de un sistema de vida en decadencia del que pocos guardan ya recuerdo y del que él se sabe experto. Pensamos que la colaboración espontánea del informante sería mucho más difícil de lograr si, de entrada, se le requiriera ser entrevistado sobre opiniones o experiencias personales, o sobre cuestiones ajenas a la vida rural. De hecho, en no pocas ocasiones los informantes han mencionado la condición de universitarios de los encuestadores para intentar eludir la entrevista, alegando “¡si vosotros ya lo sabéis todo mejor que nosotros!” La insistencia del equipo de encuesta en el interés preciso de la tradición estrictamente local, en contraste con la de otros enclaves rurales, y en la condición única que el informante posee como depositario de esa tradición, ha sido en muchas ocasiones determinante para que aceptara la entrevista.

El contacto con los informantes se realiza siempre al azar, sin gestiones previas, entre los individuos del lugar que reúnan los requisitos antes mencionados. La experiencia poco gratificante de algunas entrevistas debida a la escasa capacidad informativa del informante (gente de poco hablar, que contesta con frases muy cortas o monosílabos) hizo que se añadiera posteriormente la condición de locuacidad (“que le guste hablar”) al protocolo de selección del informante. Como debe resultar evidente para cualquiera que haya realizado trabajo de campo, el éxito nunca está asegurado, y una entrevista puede ser óptima o pésima con las mismas condiciones de partida. Así, no todas las entrevistas son igualmente idóneas ni informativas, dependiendo de la disposición del informante, de la habilidad de los entrevistadores y de la interacción entre ambos, pero no por ello creemos que deba despreciarse ningún testimonio.

Respecto al número de informantes de cada enclave, en el COSER se ha preferido por lo general entrevistar en profundidad a una sola persona, sea hombre o mujer. No obstante, las condiciones de la grabación impiden, a veces, evitar la interrupción por parte de otros individuos (por lo general, miembros de la familia o conocidos que, atraídos por la circunstancia extraordinaria de la entrevista, se sienten tentados a intervenir y dar su testimonio). Por ello, aunque en el COSER están registrados hasta 2.910 informantes, la inmensa mayoría de las veces sólo ha sido encuestado uno por enclave con el detenimiento deseable.

En un principio, el protocolo de la entrevista estaba diseñado con el objeto de documentar ciertos fenómenos lingüísticos (en concreto, el empleo de los pronombres átonos), pero enseguida se puso de manifiesto que siempre se obtenía información sobre otros muchos aspectos aparte de los esperables. A partir de ese momento el desarrollo de la conversación ha buscado la creación de contextos que favorecieran la aparición de datos dialectales de todo tipo, algunos aludidos en la bibliografía especializada y otros que apenas habían llamado la atención. En este sentido, hay que resaltar que las entrevistas del COSER se han mostrado especialmente útiles para documentar fenómenos dialectales relativos a la gramática, aspecto éste tradicionalmente poco representado en las monografías dialectales y en los cuestionarios de los atlas lingüísticos.

La selección de los enclaves ha seguido criterios varios a lo largo del tiempo: en un principio, los años 1990-1993, perseguía delimitar la isoglosa del sistema referencial de los pronombres átonos de tercera persona (campañas "Pronombres 90", "Pronombres 91 Primavera", "Pronombres 91 Verano", “Pronombres 92 Primavera”, "Pronombres Julio 92", "Pronombres Marzo 93", "Pronombres Julio 93"). En época posterior, los años 1994 y 1995, fue abordando la cobertura del área interior enmarcada por esa isoglosa ("Castellano 94", "Castellano 95" y "Castellano 95 Primavera"). A partir del año 1996, las campañas de encuesta han proseguido por otras zonas, generalmente ateniéndonos a alguna demarcación provincial, insular o regional (campañas "Navarra 96", "La Rioja 97", "La Mancha-Castellano 98", "Castellano 99", "País Vasco 2000", "Teruel 2001", "Jaén 2002”, "Cuenca 2003", "León 2004", "Asturias 2005", "Extremadura 2006", "Huesca 2007", "Zaragoza 2008", "Albacete 2009", "Badajoz 2010", "Córdoba 2011", "Huelva 2012", "Andalucía 2012" [Cádiz, Sevilla y parte de Málaga], "Andalucía 2013" [Málaga, Granada y Almería], "Oriente 2013" (Castellón, Valencia, Alicante y Murcia], "Lérida 2014", "Asturias 2014", "País Vasco 2015", "Salamanca 2015", "Tenerife 2016", "Oriente 2016", "Gran Canaria 2017", "Mallorca 2017", "Galicia 2017", "Fuerteventura-Lanzarote 2018", "Cataluña 2018", "La Gomera 2018", "La Palma 2019", "Zamora-Salamanca 2019", "El Hierro 2019", "Gerona 2021" y "Galicia 2022").

La duración media de las grabaciones es de una hora y cuatro minutos por enclave, pero puede oscilar desde solo media hora hasta más de dos horas y media. La calidad de las grabaciones no es directamente proporcional a la duración, ya que existen grabaciones excelentes y muy informativas de sólo media hora, cuyos resultados son parangonables a los obtenidos en una sesión más prolongada.

Desde 2010 algunas grabaciones se han realizado tanto en audio como en vídeo, práctica que se ha generalizado desde "Andalucía 2012".